Salmón, sardinas, boquerones… Los pescados azules son ricos en proteínas, ácidos grasos omega 3 y vitamina D. Las proteínas son indispensables para la formación de nuevas estructuras y por tanto, un aporte adecuado durante el embarazo es fundamental para el correcto desarrollo del bebé y de la plancenta. Por otro lado, la vitamina D es un nutriente muy escaso en los alimentos que juega una papel clave durante el embarazo. Es indispensable para la mineralización ósea y para la función del sistema nervioso, muscular e inmunirario. Además, su déficit se asocia con mayor riesgo de complicaciones durante la gestación. El alto contenido en omega 3 es otro de los principales beneficios del consumo de pescado azul, ya que como se ha mencionado previamente, estos ácidos grasos juegan un papel clave en el desarrollo del bebé. Se deben evitar los pescados de gran tamaño como el atún o el pez espada por su alto contenido en mercurio.