El envejecimiento de la piel es un proceso complejo en el que intervienen numerosos factores, tanto exógenos (radiación solar, estrés, alimentación, polución…) como endógenos (pérdida de elasticidad, adelgazamiento de la epidermis, reducción de la producción de colágeno y elastina, enlentecimiento de la renovación celular…). Pues bien, entre todos estos factores, hay uno llamado glicación, que interviene de forma directa en el envejecimiento de la piel y que está fuertemente influenciado por el consumo de azúcar.