1- Evitar el exceso calórico continuado.
Cuando el cuerpo recibe un exceso calórico de forma continuada, las mitocondrias se ven abrumadas por un exceso de sustratos derivados de los ácidos grasos, la glucosa y los aminoácidos. Este exceso conduce a la “indecisión metabólica” y a una “utilización de sustratos ineficaz”. Además, esta situación puede aumentar la producción de especies reactivas de oxigeno lo que causa el temido estrés oxidativo.
2- Realizar actividad física de forma regular.
La inactividad física es probablemente una de las principales causas de rigidez metabólica. Tanto el ejercicio aeróbico como anaeróbico promueve de forma considerable una mejor flexibilidad metabólica.
3- Evitar la ingesta continuada de comida.
La ingesta continuada de comida afecta negativamente a la flexibilidad metabólica. El cuerpo se acostumbra a recibir nutrientes de forma constante y se “oliva” de usar los depósitos de energía.
4- Cuidar la composición de tu dieta.
La calidad de la dieta tiene una gran influencia en la flexibilidad metabólica. Evitar alimentos ultraprocesados, densos energéticamente y pobres en micronutrientes es esencial. Incluye alimentos de calidad en tu dieta en cantidades adecuadas.
5- Respetar (en la medida de lo posible) los ritmos circadianos.
Aunque son necesarias más investigaciones al respecto, se sabe que los ritmos circadianos están fuertemente relacionados con el metabolismo. De hecho, cada vez son mas las investigaciones en las que se observa que nuestro organismo responde de forma distinta al consumo de determinados nutrientes en función del momento en que este se produzca.
Tener un buen hábito del sueño es fundamental para gozar de una adecuada flexibilidad metabólica.
Si quieres ampliar información, os dejo la referencia de un artículo súper interesante sobre este tema.