Dieta e inflamación: todo lo que debes saber

Seguir una alimentación saludable rica en frutas y verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos, pescados y lácteos junto con un consumo moderado de carne y grasas saludables, se asocia de forma inversa con biomarcadores proinflamatorios y por tanto tiene efecto PROTECTOR frente a la inflamación.

Quien me conoce sabe que soy una amante empedernida de los lácteos y por ello me gustaría aclarar que en la mayoría de estudios consultados se observa un papel beneficioso de los mismos sobre la inflamación, gracias a su contenido en ácidos grasos insaturados, proteínas y magnesio, sobre todo, el consumo de lácteos fermentados como el kéfir y el yogur.

Si hablamos de nutrientes concretos, en diversos estudios se ha demostrado que los ácidos grasos poliinssturados omega 3, la fibra y las vitamina A, C y E han demostrado ser útiles para reducir la inflamación.

Por el contrario, una alimentación rica en cereales refinados, azúcar, carne roja, alimentos ultraprocesados, sodio, grasas saturadas y grasas trans tienen efecto PROINFLAMATORIO, ya que aumentan los niveles de biomarcadores inflamatorios circulantes. 

Seguro que a estas alturas has oído hablar de la microbiota intestinal. Si, esos microorganismos que habitan en nuestro intestino y que a día de hoy se sabe que están implicados en muchísimas funciones. Pues bien, existe una gran evidencia científica sobre su relación con la inflamación. De hecho se han identificado algunas especies microbianas que tienen una fuerte asociación con funciones antiinflamatorias.

Si quieres profundizar más en este tema tan interesante, te dejo aquí parte de la bibliografía consultada.