El DMAE (siglas derivadas de dimetilaminoetanol) es uno de los activos cosméticos más demandados en cosmética en los últimos tiempos. ¿El motivo? Sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y antiarrugas pero sobre todo, por su poder tensor y reafirmante que lo convierten en el activo estrella si quieres combatir la pérdida de firmeza y elasticidad del rostro.
El DMAE es una sustancia natural (la podemos encontrar en las sardinas, el salmón salvaje, las anchoas o el cerebro humano), hidrófila (tiene afinidad por el agua) y de bajo peso molecular, por lo que es muy afín a nuestra piel.
A nivel tópico, actúa a través de tres vías:
- Incrementando la liberación de acetilcolina en la dermis. La acetilcolina es la molécula responsable de la contracción de los músculos, por lo que al aumentar los niveles de la misma, mejora el tono muscular.
- Incrementando la retención de agua, por lo que mejora la hidratación de la piel.
- Aumentando la síntesis de colágeno y de glicosaminoglucanos y mejorando por tanto, los signos de envejecimiento.
Además, el DMAE posee efecto antioxidante al estabilizar las membranas celulares y protegerlas del daño oxidativo.
¿ES RECOMENDABLE EL DMAE PARA TODAS LAS PIELES?
La respuesta es ¡si!, el DMAE como activo cosmético es adecuado para todas las pieles, incluso las más sensibles. Eso si, deberás prestar atención al resto de los ingredientes que componen la fórmula así como a su textura y elegir el más adecuado para tu tipo de piel.